Por primera vez en todo el tiempo que Gregorio, participaba del juego, wild se ubicó frente a la cámara.Ya no lucía, su musculosa blanca, tenía una color azul y unos jeans anchos.
Ya no estaba de perfil, lejana y ausente, iluminada por una luz mortecina, insinuando su belleza, ahora estaba de frente, y cercana a la cam, y dispuesta a comunicarce.La cámara como siempre le ocultaba la cara.La mostraba sentada en un sillón de cuero mullido, con las piernas cruzadas, cada tanto ella se recogía el cabello, como si la habitación estuviera demasiado cálida.Se acomodaba los bordes de su camiseta de algodón de manera sugestiva, parecía algo inquieta.
Gregorio la venía observando desde hacía tiempo, pero nunca había podido jugar con ella, así que lograda la conexión se lanzo al ataque, sabía que cada movimiento contaba .Le descerrajo varias frases contundentes en su mal ingles como para lograr llamar la atención y que no le vetara la posibilidad seguir adelante.
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El juego tenía reglas aleatorias, nunca eran las mismas, podía ser que estuviera viéndolo a el o a cualquier otro, podía ser que estuviera recibiendo sus mensajes o no.
Pero ese, día, no tuvo dudas que la comunicación era con el, respondió a esas tontas frases con una sonrisa, dulce que apenas se pudo ver por la pantalla del ordenador. acto seguido levanto su camiseta azul y dejo en libertad sus hermosas tetas, las acarició con sin apuro hasta que sus pezones se erectaron, luego su camiseta volvió a su sitio.
Gregorio sabía que le tocaba su turno, se desnudó ante la cámara. Ella se rió a carcajadas y lo animó a que continuase, y a partir de allí por más que quiso detenerse no pudo.Ella y la cámara lo vieron todo, ella se entusiasmo con la escena y aportó lo suyo.
Cada cual por su lado tuvieron un orgasmo maravilloso, no quedaron en nada pero sabían que volvería a verse
