
Lo primero es adaptarse a la temperatura, después poco a poco pierdes la visión lateral, y solo puedes ver lo que tienes delante.
Tu traje se llena de agua y comienza la inmersión, estas relajado, los pulmones llenos de aire.
Tratas de no hacer esfuerzos inútiles para ahorrar energía y aire. Los precisarás para ascender.
Los plomos del cinturón, hacen su trabajo de a poco vas descendiendo.
Tu mundo cambia y quieres permanecer ahí, justo ahí por más que tus pulmones quieran estallar.
Resistes la presión, por que el paisaje te puede, quieres quedarte ahí. Y quieres que aprender a estar en ese sitio.
Por último el aire se acaba.
Asciendes controlando la situación
De vuelta la luz, de vuelta el aire, de vuelta a la superficie, a la realidad.
Y cuando estas arriba, flotando suavemente, respirando con normalidad, comienzas a pensar en la próxima inmersión
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