viernes, 5 de marzo de 2010

Figuras Geométricas

Gregorio caminó por la rambla, ese día el mediterráneo jugaba a ser atlántico y el iba tranquilamente en medio de la llovizna en dirección al bar Cas Cai. Una vez allí comenzó a leer nuevamente a Girondo, el humo del cigarro le molestaba más de lo habitual, debería ser por que lo había dejado hacía poco.

María y Carmen lo habían dejado libre, era domingo, y ese día de la semana tocaba estar solo. Así había sido el trato con ellas y él lo respetaba.

El sabía que era sólo una parte de ese triángulo, pero bueno una parte al fin. Tantos años sin formar parte de nada, ahora formaba parte de una de las estructuras más estables, el triángulo.

María se lo había dejado claro desde el primer momento, ella tenía una pareja desde hacía años, Carmen, pero también lo quería a él. Solamente bastaba averiguar si el lo resistiría.

A G, la fidelidad le costaba horrores y María conocía esa debilidad así y todo le daba un lugar permanente en su vida a cambio de que aceptara la convivencia con Carmen. El trato le pareció justo y justo ese domingo cumplían seis meses de convivencia.

El libro de Girondo seguía en sus manos, sus poesías caminaban por su cabeza, estaba inquieto, hacía semanas que había alguien más, una poeta.

Cada uno de sus poemas lo encendía como una braza, todo comenzó con una crítica literaria y terminó como terminan estas cosas.

Pensó seriamente que quizás un rectángulo, fuera más estable que un triángulo

4 comentarios:

khepri dijo...

Quizás es tiempo de ser solo dos y por cierto
Cuidado con las poetas, que tienen ese algo que atrapa.
Saludos, mi abrazo, parabienes

fuentes dijo...

khepri ,Monogámica?

Melaína Kholé dijo...

.. Esta medianoche, a oscuras, con una copa de malbec, voy a decidir qué hacer con ud Sr. Fuentes..
no des-espere por favor Gregorio.
ya tendrá mis líneas curvas..

Anónimo dijo...

Nadie sabe como terminan estas cosas... si la geometría que da vida a sus cuentos soportan mas de los ángulos planeados...es para pensarlo seriamente y hasta para dejarse atrapar, aunque algunos poetas prefieran la monogámia, la realidad es que sus escritos cuando les sopla el viento incendian demasiadas almas.Bienaventuradas las brazas...