Desde hacía ya un tiempo G escribía como escritor negro, la columna de su amigo Dirik, resulta que a este simpático alemán le habían encargado un trabajo de investigación sobre las páginas webs de encuentros personales, en realidad el diario quería una investigación sobre las nuevas costumbres sociales .La nota debía servir de lanzadera de un sitio web que el diario quería colocar en el mercado. La cuestión es que a Dirik no le venía bien hacer el trabajo y terminó pidiéndole a su amigo G que lo realizara.
Como suele ocurrir en estos casos todo comenzó con un favor y terminó con un problema, del estudio se derivó a una columna semanal donde se contaban casos que se habían ido levantado durante la investigación y de ahí se pasó a un blog que se actualizaba dos veces por semana.
A G el tema le divertía así que se las arregló para compaginar el resto de su trabajo para poder participar de este proyecto, al bautizaron Zona G. En este espacio básicamente se relataban distintas historias de las personas que G había ido conociendo durante la investigación, y aparte se había convertido en algo así como una guía de las relaciones virtuales. El diario cambio de manos y a los nuevos dueños más conservadores ese espacio no le pareció coherente con su línea editorial.
Así fue como el espacio fue suprimido de manera abrupta y G volvió a su trabajo habitual. De esa época G conserva una inquebrantable amistad con Dirik, su la relación con María y una buena cantidad de historias hermosas que decidió guardar para contar en un mejor momento.
Su poetiza descubrió uno de los textos, y lo publicó en su blog, rescató tan solo un par de frases y le pidió que las leyera, al principio no las reconoció luego se dio cuenta que eran de él, y sonrió sorprendido. Ella tenía esa rara habilidad para rescatar de trozos de sus escritos y exponérselos a modo de mensajes cifrados. Tal vez había llegado el momento de desenterrar esas historias, de contarlas, posiblemente había dado con la cómplice perfecta. Tenía muchas ganas de dejarse guiar por su mano experta, de reeditar la zona G.
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