Gregorio, odiaba hacer planes prefería la ausencia de proyectos, hacía planificaciones cortas de algunos días, semanas o meses, nada de años.
Suponía que si la vida cambiaba de golpe, esa forma de pensar le daría más ventajas que si quedaba atrapado en un esquema rígido.
Eso tenía su lado bueno y su lado malo
El bueno era que siempre estaba dispuesto al cambio, a la novedad, a la búsqueda, el malo la estabilidad, mejor dicho la ausencia de ella.
Lo único que había podido mantener estable a lo largo de su vida había sido su profesión y su trabajo, el resto cada tanto cambiaba de manera casi radical.
Por eso esta nueva situación lo tenía algo desconcertado, aunque fiel a su estilo, como no sabía cuanto duraría tampoco había motivo para preocuparse demasiado.
De esa manera la sonrisa le resultaba más sencilla.
Su poetiza era muy diferente a él, asociaba de manera fundamental elementos que él podía disociar sin ningún tipo de conflicto. Por ejemplo el sexo y el amor.
Para Gregorio eran elementos independientes, podía tener sexo sin amor, o con el, obviamente lo satisfacía más lo segundo, pero nunca había considerado una razón determinante a la hora de tener sexo. Lo consideraba un juego un juego divertido y vital donde nadie salía perdiendo si no en el que todos ganaban.
Ella en cambio no concebía una cosa sin la otra, lo cual según la mirada de Gregorio era una postura algo infantil que limitaba bastante sus opciones de placer carnal.
Ella en cambio se consideraba una sibarita de las relaciones afectivas y no concebía más entrega que la entrega total. Él se alimentaba de esa pasión al leer cada uno de sus versos…..
.. pero nunca en la piel
tengo zonas urgentes y zonas remolonas.
caricias sin fecha de vencimiento.
la boca fresca de viento.
el dulce jugo de mis pliegues.
pequeños bracitos de ríos de humedad.
sí.
humedad.
saliva y humedad.
que extraño el modo de tocarme al que me hiciste adicta.
que desde que oscureció estoy maullando sola,
las uñas dibujando mil rutas de escalofríos
del pubis a los senos,
como tus dientes antes de esta lejanía momentánea..
…..pero también tenía en claro que nunca podría sostener esta relación así sin cuerpo real que se hiciera cargo de tanta energía.
María disfrutaba de las mieles de esa pasión, G sabía que era injusto para ambas pero así estaban dadas las cosas y no pensaba renunciar a nada.
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2 comentarios:
..siempre está la urgencia por arrancarnos la ropa, como inundada de vidrios destrozados.
.. siempre está la urgencia por abrazarnos nada más, como si el amor se extinguiera ya mismo, en una amnesia irremediable. MK.
Hubiese querido más que esto y a la vez nada.
Alejandra Pizarnik
Extracción de la piedra de la locura IV.
Ese egoísmo puro de no renunciar a nada y querer todo,
Me hace pensar que Gregorio, si esconde las ganas de amar con esa entrega total,
Y que ve una postura infantil en ella, por que el siente igual y teme aceptarlo.
Creo que amar sin cuerpo presente es la tortura más dulce que existe, tu imaginación vuela y si hay recuerdos, estos te invaden sin más.
Saludos .
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